Cuando las cosas no son fáciles, cuando estás triste, cuando te enfrentas a tus miedos y no puedes huir, cuando realmente no hay remedio no buscas nada sofisticado, necesitas cosas sencillas y reconfortantes. Volver a lo básico ya que lo demás ya es bastante complicado… Por eso os traigo las magdalenas de toda la vida, las que nos transportan como a Proust a tiempos mejores… Aquí tenéis la receta de Xavier Barrigar el gran panadero de Turris. Tiene el sabor perfecto a magdalena y es esponjosa pero no se desmigaja. No hay nada peor que las magdalenas que se suicidan! Ya sabéis, cuando os quedáis con un mini trozo entre los dedos y toda salpicada de café con leche… No haréis otras!
INGREDIENTES
- 125 gr de huevo (son 2 huevos L)
- 175 gr de azúcar
- 60 ml de leche
- 190 ml de aceite de girasol
- 210 gr de harina
- 7 gr de levadura química
- un pellizco de sal
- rayadura de un limón
- un pellizco de canela (muy mínimo en mi caso)
Os voy a dar las instrucciones exactas del maestro. Empezamos a batir los huevos con el azúcar a baja velocidad durante 5 minutos. Cuando la mezcla esté blanqueada añadimos la rayadura de limón, la canela, el aceite y la leche sin dejar de batir y seguimos un par de minutos. En este momento añadimos los ingredientes secos pasados por el tamiz y realmente en este punto batimos lo necesario para que se incorporen los ingredientes y paramos. Ponemos un film y dejamos la masa en la nevera toda la noche.
A la mañana siguiente calentamos el horno a 250ºC, ponemos las magdalenas, bajamos a 210ºC y unos 15 minutos hasta que las veáis bonitas.
So, what do you think ?